A las 4:00 p. m, me encontré con Juliana Taborda, mientras compartíamos una taza de café. Comenzó a relatarme las experiencias que ha vivido desde su infancia. “Desde los 12 años, he vivido cosas que no considero “normales”, cuenta Juliana.
Hace poco, me confesó, vivió algo que la impactó. “Estaba dormida cuando sentí que mi cuerpo se elevaba, como si mi alma saliera”, recuerda. En ese estado, lo que describe como un “viaje astral”, en el cual descendió al primer piso de su casa. Allí había unas campanas, y decidió mirarse en ellas. Al enfocar la vista, vio algo aterrador: unos ojos rojos brillantes y una sonrisa macabra detrás de ella.
“En ese instante, supe que estaba en peligro”, añade. Sintió una fuerza que la jalaba y, de pronto, despertó de golpe de regreso en su cama.
Por: Juan Pablo Aguirre Ospina
