
Jorge Cardona, muralista de 35 años con 18 años de experiencia, afirma: “No pensemos que la calle es de todos”. Siendo un líder en la revitalización urbana de Chinchiná, ve el muralismo como una herramienta de expresión y cambio, transformando grafitis en murales con significado y trabajando con jóvenes en fundaciones y en servicio social, además recalca “Dibujen todo lo que puedan” esa es la clave principal.
Su compañera, Linda Builes, enfermera y muralista desde hace tres años, ve el muralismo como un “diálogo” visual. Su obra más importante honra a su abuela, resaltando la vejez con simbolismo profundo. Como una de las pocas mujeres en el gremio, desafía convenciones y visibiliza el aporte femenino al arte urbano, siempre con pasión pese a las adversidades.
Por: Isabella López Díaz