Desde pequeña Pereira ha sido parte de mí, sin embargo, me es inevitable pensar en un pueblo ubicado en un rinconcito de Risaralda: Santa Cecilia. Aquí, es común que las calles vistan de murales y grafitis que expresan la cultura y resiliencia de la comunidad. Para los jóvenes del corregimiento, el arte urbano es una forma de conectar con su entorno. Ellos, han creado grupos como Herencia Cimarrona, que buscan embellecer las calles del pueblo con murales que narran historias de resistencia y muestran la riqueza natural (Aves endémicas, plantas medicinales y ríos con nombres particulares como “Amurrapa”). Sin duda, en Santa Cecilia e incluso Risaralda; cada mural y grafiti cuenta una historia de lucha e identidad local.
Por: Aylen Michelle Palacio Pineda
