Cámara encendida, prejuicios apagados

De mesera mal remunerada a modelo webcam empoderada: así resume Isabela su historia. Cansada de la explotación laboral, decidió cambiar de rumbo y entrar a la industria del contenido para adultos. “Fue la mejor decisión de mi vida”, asegura. Su adaptación fue rápida, pues entendió desde el inicio su rol y cómo conectar con los usuarios. Con dos años de experiencia frente a la cámara, transmite durante horas y, en una sola sesión, puede sumar entre 200 y 300 seguidores. Para Isabela, ese cuarto donde trabaja no es solo un escenario: es un espacio de libertad, decisión y crecimiento.

 

Por: Samuel Vélez Puerta

svelez26@estudiantes.areandina.edu.co

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